Saturday, March 08, 2008

ACOSO LABORAL… ANÁLISIS Y PROPUESTAS


(Extraído del dossier sobre acoso laboral, represión y abusos de poder en Correos)

ELABORADO POR LA PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE MADRID

En la 3ª parte del Taller tuvo lugar un interesante coloquio en el que los compañeros asistentes comentaron sus experiencias y expusieron sus puntos de vista, aportando también diferentes posturas o respuestas para actuar contra el acoso y la represión en Correos.

Con todos estos comentarios y para que nos sirva de reflexión pasaremos a desarrollar un análisis de lo allí expuesto; presentando, para finalizar, una serie de propuestas que surgieron a raíz de dicho coloquio.

ANÁLISIS

Debemos tener muy claro que el mobbing no es un acoso individual o personal, es un acoso a todos, hacia todo el colectivo. Se toma a la víctima como ejemplo de lo que les puede ocurrir al resto de trabajadores si no acatan las órdenes o no se muestran sumisos. Es por tanto un acoso ejemplarizante.

Por consiguiente, se hace necesaria por parte de los compañeros, una respuesta que debe ser inmediata, en el momento mismo en que tienen lugar los hechos de acoso o represión y que consiste no sólo en apoyar moralmente al compañero víctima del acoso sino que presente una postura clara y contundente de rechazo hacia esas prácticas, puesto que su silencio no les mantiene al margen del acoso sino que los convierte en cómplices indirectos de él.

Con esta actitud se pretende parar los pies al acosador, evitar que su comportamiento se engrandezca y no vea campo posible para continuar con esta conducta de modo que en adelante, aunque sea por temor, respete al trabajador y no se extralimite ni en sus formas ni en sus atribuciones.

Existe una desigual distribución de las cargas de trabajo. Así mismo existen enormes diferencias en cuanto al trato que l@s jefes dispensan a sus subordinados, suelen existir grupos de privilegiad@s que cierran filas en torno al acosador.

Hay compañeros que asumen sobrecargas de trabajo y exceden su horario dando pie de este modo a comparaciones injustas. Quien no pasa por el aro es considerado un “vago”.

Por eso es tan importante la solidaridad y el compañerismo, valores hoy en día poco en práctica. Nos falta conciencia social, una conciencia solidaria de “tender la mano” que arrope al trabajador con problemas. Esta falta de concienciación también está siendo propiciada por la propia Empresa para su beneficio, creando un mal ambiente, fomenta el individualismo, es el “divide y vencerás”.

Como resultado de esto, el trabajador no se siente parte del colectivo sino que busca su propio beneficio, incluso si llega el caso, a expensas de los derechos usurpados a otros compañeros.

Resulta imprescindible pues, trabajar para crear una conciencia colectiva que incentive la cooperación, la confianza, la solidaridad, que alimente la lucha imprescindible para defender y garantizar nuestros derechos ante la Empresa. De esta manera ganaremos en autoestima, en dignidad individual y colectiva y en respeto “RESPETO A LA CLASE TRABAJADORA”.

En Correos desde hace tiempo se está desarrollando una nueva metodología laboral que se basa en la búsqueda de la productividad a toda costa, introduciendo una serie de cambios que tienen como objetivo final la privatización.

Por ejemplo, los puestos de mando, como los Jefes de Equipo (jefes de nivel 14 y 16), son designados a dedo sin ningún proceso selectivo, sintiéndose obligados a ejercer una obediencia ciega al mando superior que lo ha designado, con una serie de órdenes a cumplir. Órdenes que en la mayoría de los casos son verbales, no constan por escrito ni llevan firma, con lo cual la responsabilidad se disipa no es tangible, no hay un responsable directo.

Teniendo en cuenta esta meta (producción y privatización), la Empresa impone una estructura organizativa jerárquica en la que como estrategia se utiliza la presión, que se va ejerciendo de los mandos superiores a los inferiores, siendo el trabajador la base, el último escalafón de esta pirámide y sobre el que se ejerce el acoso convirtiéndole en una víctima indefensa: “tanto produces, tanto vales”.

La necesidad que tiene la Empresa de producir a destajo, desdeñando la calidad que se le supone a un servicio público, conlleva que los derechos de los trabajadores se vean mermados cada día, o incluso que sea él mismo el que renuncie a su disfrute, como los 20 minutos de descanso, o ponga en riesgo su propia salud, saltándose la normativa sobre riesgos laborales (carga y descarga incorrecta, sobrepeso en el carro, etc.).

Por otra parte y como consecuencia del exceso de trabajo y la presión, el trabajador desarrolla a menudo un trabajo deficiente, cometiendo errores producto de la precipitación, perdiéndose la calidad en el servicio, hecho que poco importa a la Empresa, su máxima es: producir y producir.

Esa presión que la Empresa ejerce, no podemos alimentarla nosotros mismos, creyéndonos poseedores de algo, sólo tenemos herramientas de trabajo que están a nuestra disposición para el desarrollo de éste, pero no son de nuestra propiedad: las cartas no son nuestras, el carro no es nuestro, la moto no es nuestra… el creerlas como propias nos lleva a pensar que debemos realizar más trabajo del que en realidad podemos abarcar, asumiendo una responsabilidad que no nos corresponde.

A la presión que ejerce la empresa, que se ve representada en nuestro jefe inmediato, junto con la ejercida por nosotros mismos, por ejemplo, al obligarnos diariamente a terminar el recorrido completo de la sección cuando ésta resulta imposible por exceso de trabajo o sobredimensión de la misma , también hay que añadir la que ejercen los propios compañeros (mobbing horizontal) considerándole como un mal trabajador cuando hace uso de sus derechos (su descanso) o no puede con todo el trabajo, incluso insinuando que actúa mal adrede para perjudicar a los compañeros o a la propia Empresa.

Todas estas actitudes por parte de los compañeros también pueden derivar en mobbing, que puede resultar tan dañino como el que procede del jefe. Además, con el afán de hacer méritos ante el superior, determinados compañeros pueden llegar a hacerle el vacío, lanzando críticas o cotilleos que persigan denostarle, comportamientos éstos indignos, que pueden afectar psicológicamente al acosado al sentirse falto de apoyo llevándole a un aislamiento.

También hay que mencionar la presión procedente de las Mutuas Laborales, en aquellos casos en que el trabajador acuda por enfermedad o accidente laboral, ya que al estar contratadas por la Empresa es corriente que ponga en tela de juicio la veracidad de los hechos. Es otro tipo de presión ejercida desde el poder, que coloca al trabajador en una situación de riesgo para su salud o bien que puede llevarle a sufrir una pérdida económica al descontarle dinero del CPA a fin de mes.

En ocasiones el acoso laboral se ve favorecido por la actitud pasiva de los sindicatos mayoritarios.

Nos encontramos en un escenario en el que es muy común la desconfianza de los jefes hacia los trabajadores y el miedo de los propios trabajadores, circunstancias que favorecen el acoso laboral.

Tenemos que tener claro que el acoso laboral perjudica también los intereses de la empresa puesto que la explotación de los trabajadores no hace sino deteriorar la calidad del servicio.

Ante este panorama de acoso y represión en Correos no debemos hacer un discurso pesimista sobre nuestra situación, el tener en cuenta los aspectos negativos de todo esto, nos puede ayudar para saber más adelante contra qué tenemos que luchar, así sabremos hacia donde ir, a quién dirigirnos y llegar a una solución.

PROPUESTAS

En la última parte del taller, los compañeros presentaron una serie de propuesta encaminadas a hacer frente al acoso o represión en el puesto de trabajo.

A continuación pasamos a exponerlas:

  • En primer lugar cuando el trabajador, víctima del acoso, se da cuenta de que las órdenes recibidas se extralimitan a son abusivas, deberá enfrentar la situación no cayendo en la manipulación que el acosador-es pretenden ejercer sobre él, cuestionando continuamente aquello que le parezca injusto o inadecuado, presentando una postura firme desde un principio y no dejándose caer en la sumisión ni en el victimismo.

  • Tras pedir la oportunas explicaciones que razonen la orden dada, si la postura del superior persiste en que la orden injusta debe cumplirse, el siguiente paso que el trabajador deberá dar es, no enfrentarse de forma acalorada al jefe, sino buscar otros recursos como son el apoyo de los demás compañeros y de los sindicatos.

Llegado a este punto debemos trabajar por crear conciencia social, puesto que el ser humano no es un ser individual sino que forma parte de un colectivo y todo lo que le ocurre a uno repercute también en los demás, toda injusticia que se comete sobre una persona trasciende al resto de la sociedad. En este caso, como trabajadores de Correos, debemos tener claro que la solidaridad es la única vía de unión y respuesta posible ante hechos que en un determinado momento también pueden repetirse en cualquiera de nosotros.

Incidir sobre la concienciación es vital, es nuestro mejor mecanismo de defensa, es un síntoma inequívoco de buena salud entre la clase trabajadora porque nos dignifica y nos sitúa en el status que debemos estar como trabajadores respetados y valorados.

Como ejemplo de concienciación y solidaridad entre los trabajadores comentaremos un caso real que sucedió en el CCP de Chamartín: un Jefe de Servicio agredió verbalmente a una trabajadora y ante esta falta de respeto, de forma espontánea, todos los compañeros unidos paralizaron el trabajo para apoyar a la compañera, sintiéndose ellos mismos también agredidos ante una situación tan degradante, viéndose el Jefe obligado a pedir disculpas.

Debemos hacer hincapié que ante las mentiras, insultos o críticas debemos plantar cara al acosador con energía, pero sin caer en el mismo lenguaje soez y despectivo utilizado por él, no perdiendo las formas que nos situarían a su misma altura. De esta manera, los compañeros valorarán nuestra actitud y se prestarán con más facilidad a la colaboración.

  • Si la situación no se corrige y llega a enquistarse, llevando al trabajador a una situación límite, tanto laboral como emocionalmente, el siguiente paso es la denuncia ante la autoridad competente (nos remitimos aquí al punto donde se desarrolla la ponencia jurídica) .

  • No obstante, otra de las propuestas que se presentaron fue la combinación de la denuncia con la acción directa. Entendiendo “acción directa” como el conjunto de actividades encaminadas a visibilizar y presionar a empresa y acosadores para que el acoso termine ya. Para dotar de mayor eficacia a la acción directa es importante que esta sea continuada en el tiempo.

  • Ejemplos de acción directa:

- acudir a los centros de trabajo donde se producen los hechos, divulgando y denunciando, mediante carteles y panfletos, el caso de mobbing, y a la persona que lo lleva a cabo.

- enviar e-mails a la dirección de correo electrónico del centro de trabajo donde tienen lugar los hechos y a su vez al Jefe de Relaciones Laborales, haciendo constar en el mismo, la denuncia del acoso, el apoyo a la víctima y la exigencia de medidas para acabar con dicha situación, como así se hizo en el caso de Pedro Elena.

- concentraciones denunciando el acoso públicamente ante el centro de trabajo en cuestión o ante la Jefatura Provincial respectiva o incluso Centro Directivo, contando con la presencia de los medios de comunicación para que se hagan eco de la noticia.

  • Por último, se propone también, que en todas las asambleas sindicales a las que la Plataforma pueda tener acceso, se denuncie cualquier hecho sobre el que tenga constancia, mediante un discurso comedido pero crítico y contundente.

LA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE NO SE EMPIEZA

1 comment:

Anonymous said...

Los compañeros del acosado, suelen ser los que más moobing practican., al callarse la boca y no decir ni pío. Estos compañeros, que no lo son unos cobardillos que no se atreven a dar su opinión y que encima con su silencio incrementan el dejar hacer al a
rrastrado que practica el moobing